De intercambio en Madrid

Las aventuras de un SICUE gallego en la Villa y Corte

25.11.06

Al atardecer de la vida...

Llevo todo el mes de noviembre queriendo escribir algo sobre la muerte, pero por una u otra razón nunca encontraba el momento. Por fin, y ya rozando el límite con diciembre, una lluviosa y aburrida jornada de sábado me brinda la oportunidad:
Cuando a principios de mes estuve en casa de mis padres de visita, antes de la excursión de Zoología Marina, puede darme cuenta de que mis abuelos maternos, que viven con nosotros desde que mi abuelo se rompió la cadera el 1 de enero, se están deteriorando a ojos vista. No sé; con 95 y 90 años ya han llegado más lejos que muchos, pero tal vez por eso no me esperaba que el desgaste final fuera a ser tan rápido. Mi abuela empieza además a perder el sentido, haciendo un poco más dramática la situación. Pero aunque mi madre se enfade con ellos y le hagan perder la paciencia, se les ve serenos y contentos...
Rezo todos los días por ellos; para que vivan felices y con salud el tiempo que les quede en la tierra, y para que mueran confortados con los últimos sacramentos. Santa María, Madre de Dios. Ruega por ellos, y por todos nosotros; pecadores, y pecadores reincidentes, pero arrepentidos; en los dos momentos más importantes de nuestra vida: Ahora (porque el antes ya se ha ido, y el después no sabemos si llegará *) y en la hora de mi muerte, de tu muerte, de nuestra muerte. Amén.
*Esta idea creo que la saqué en su día de alguna web, puede que de Compostela, pero no lo recuerdo bien.

1 comentarios:

At 10:56, Blogger Ángel Ruiz said...

No sé por qué me quiere sonar la frase, pero no sé. Da igual: lo importante es rezar por tus abuelos ahora: lo haré.

 

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