Paseando esta mañana con mi hermano para hacer tiempo antes de comer, acabamos visitando el Centro Cultural Conde Duque, que está cerca de nuestra casa. Es un edificio antiguo, muy grande en planta y con amplios patios interiores, que alberga varias salas de exposiciones, de conferencias, etc., incluyendo el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
De arte contemporáneo sólo vimos en uno de los patios un enorme mural (de unos 50x20 m) completamente recubierto de laminillas con cartas de la baraja española por una cara y doradas por la otra, que giraban y centelleaban al viento. Lo que sí recorrimos con calma fue una exposición dedicada a las misiones pedagógicas de la Segunda República: “expediciones” de profesores y alumnos universitarios madrileños perfectamente trajeados a los pueblos más perdidos de todo el país, cargados de libros, gramófonos y aparatos de cine; y grandes deseos de extender la cultura y los ideales republicanos entre los aldeanos.
De arte contemporáneo sólo vimos en uno de los patios un enorme mural (de unos 50x20 m) completamente recubierto de laminillas con cartas de la baraja española por una cara y doradas por la otra, que giraban y centelleaban al viento. Lo que sí recorrimos con calma fue una exposición dedicada a las misiones pedagógicas de la Segunda República: “expediciones” de profesores y alumnos universitarios madrileños perfectamente trajeados a los pueblos más perdidos de todo el país, cargados de libros, gramófonos y aparatos de cine; y grandes deseos de extender la cultura y los ideales republicanos entre los aldeanos.
Resultaba simpático ver, en las fotos y grabaciones de la época, cómo un montón de niños salían corriendo de cada pueblo al encuentro de los misioneros; me recordaba irresistiblemente a las imágenes de los niños de los poblados africanos corriendo tras los Land-Rover de un expedicionario cualquiera, saludando con las manos y con una sonrisa de oreja a oreja que es como el fogonazo de un flash. Desde luego, cuánto hemos avanzado en 70 años, y qué poco hemos ayudado a que también otros avancen para bien y no para mal.
1 comentarios:
anton anton anton
es la primera vez que te leo
pero no cambias
sigues siendo el mítico anton el ornitologo
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