In varietate concordia
El pasado domingo celebramos los 50 años de la fundación en Roma de la Unión Europea, y eso es algo digno de celebrarse. Algunos ya sabréis que mi amor por “España” es bastante difuso (y no hablemos ya de “Galiza”); pero con Europa la cosa cambia. La UE nos ha traído algunas cosas malas y muchas cosas buenas, que no comentaré por hartazgo de leer lo mismo en todos los periódicos de este fin de semana (bueno, una cosa sí, una política de calidad medioambiental que en 1986 supuso para el conservacionismo español una especie de Paraíso Terrenal, aunque luego haya estado subordinada a la todopoderosa y nunca fiable PAC). Ahora que cada uno de los 27 estados parece preocuparse más por su propio bienestar que por el bien común de la Unión, veo cada vez más urgente el fomentar una conciencia europea real: Schengen, Bolonia, el euro, los programas de movilidad para estudiantes... los lazos de unión de los que algunos pailanes recelan son los que hacen grande a Europa; ¿cuándo llegaremos a formar un solo país...? Un solo país informado por el espíritu pacificador y de concordia de Adenauer, Schuman y De Gasperi (ambos en proceso de beatificación), representado por el color azul y la corona de doce estrellas de la Virgen María...
1 comentarios:
Pero, hombre!! Cómo dices eso!
www.youtube.com/watch?v=v5MCZqI9y94
XDDDDDD
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