La Granja
Cuando creía que ya no tocaban más excursiones hasta el siguiente cuatrimestre, va el profesor de la troncal y nos sorprende con una salida de un día a los jardines de El Real Sitio de la Granja de San Ildefonso (Segovia). El tal sitio fue el palacio de verano de los reyes de España de Felipe V en adelante, y la parte que a nosotros nos interesaba eran los jardines; varias hectáreas tanto de jardín francés clásico como de arbolado denso, con multitud de especies. Diseminadas aquí y allá hay multitud de fuentes con grupos escultóricos del peor gusto rococó, alimentadas por el agua proveniente de un embalse (el Mar de La Granja) situado en la parte superior de la finca.
El objeto de nuestra visita era el de estudiar el uso del espacio por parte de las pequeñas aves forestales insectívoras; o, en otras palabras, ver cómo se reparten en las distintas especies de árbol, a distintas alturas y en ramas de distinto grosor para en la medida de lo posible no competir unas con otras. Y, la verdad, había pájaros hasta hartarse. A lo largo de la mañana acumulamos decenas de citas de las especies que nos interesaban, y además pude ver mis primeros picogordos Coccothraustes coccothraustes, como el de la foto. Son realmente unos pájaros preciosos :-). Además había gran cantidad de especies como el trepador azul o el pico picapinos, que no estoy acostumbrado a ver con frecuencia.
Durante la comida pude además probar los lichis, una extraña fruta china, gracias a la generosidad de una compañera que se traía una bolsa llena. La cáscara roja es dura, y la pulpa huele muy bien y tiene un agradable sabor muy similar al de las uvas de mesa grandes. Mientras acabábamos de comer pasaron por encima de nosotros y a muy baja altura tres buitres negros; ya los había visto en la excursión de Vertebrados, pero muy de lejos, así que hoy me quité realmente la espinita.
Después de comer continuamos apuntando pájaros un par de horas más. A los de mi grupo se nos dio por entrar en el laberinto del jardín, pensando que sería una trapallada; y lo que empezó como una broma se transformó en una especie de pesadilla, pues cuanto más estábamos seguros de que un camino dado era el correcto, más nos alejábamos de la salida. Al final tuvimos suerte y llegamos al centro del laberinto (al centro de verdad, no a los otros tres que creímos en su momento que eran el centro), donde había un mapa que conducía a la salida... Cuando ya comenzaba a anochecer regresamos a Madrid. Total, un día la mar de entretenido.
Y ya sólo me falta una semana para volver a casa.
1 comentarios:
Picogordos, trepador azul.... pico...picapinos... bu- bu...buitres negrosss cerquita....ACASO TE CREES QUE ME DAS ENVIDIA??? ESTAS MUY EQUIVOCADO! Y TE ODIO!! GGGGGRRRRRR snif snif
(yo ya he probado los lichis.. y antes que tu! chincha rabiña)
La Vero
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