Biólogos malotes

Como un malestar repentino ha obligado a Jorge a guardar cama desde ayer, esta tarde sólo hemos ido Vero y yo a la VIII Feria “Madrid es Ciencia”, en el IFEMA. Es una pena que hubiese tanta gente, pero aún así lo pasamos muy bien. Había decenas de expositores; la mayoría (cosa que me sorprendió gratamente) de diversos colegios e institutos de la comunidad, en los que los propios alumnos del centro explicaban al interesado el significado de las maquetas o experimentos allí montados. También de universidades, empresas, laboratorios...

Y, en el de la Consejería de Turismo de Castilla y León, una vitrina dedicada a Atapuerca desató nuestra ira biológica. En la misma se exponían tres réplicas de cráneos de homínidos fósiles; un Homo sapiens Cro Magnon, un Homo erectus y un Homo heidelbergensis. Todo correcto, si no fuese porque las etiquetas de la vitrina se referían a los dos primeros cráneos como Homo ergaster y Homo neanderthalensis. Estuvimos en un tris de hacérselo notar al responsable del expositor, pero eso habría sido demasiado fácil (y además me habría dado mucha vergüenza...). En una mesa en otra parte de la Feria cogimos un par de post-it y, tras escribir en ellos los nombres correctos de los fósiles, comenzamos a filmar con la cámara de Vero nuestra acción subversiva, digna de pasar a los anales de YouTube y de dar el salto a los informativos nacionales, como el montaje del escaño de Zapatero... Tras grabar nuestra declaración de intenciones y las aberraciones de la vitrina, me retiré con la cámara a un ángulo apartado y Vero, oculto su rostro con un pañuelo, aprovechó un descuido del guarda más cercano para pegar los papeles en la vitrina... ¡Qué subidón de adrenalina! ¡Esto es ser malote, y lo demás son tonterías! Lástima que, sin yo apercibirme, la tarjeta de memoria se llenase cuando apenas llevábamos unos segundos de acción. ¡Os habríais reído tanto viendo el vídeo...!