Cuestión aclarada
Hace un par de días leí esta penosa noticia en la página de BirdLife International; os la resumo: El Refugio de Fauna Salvaje de los Lagos de Pocosín (Carolina del Norte) está en terrenos del ejército de Estados Unidos. Allí crían varias especies poco comunes, y en invierno es visitado por decenas de miles de aves acuáticas invernantes (una especie de Villafáfila, vamos). Después de abandonar el proyecto tres veces, se plantea de nuevo el reconvertir la zona en un campo de pruebas para aviones, tras descubrir la forma de evitar que alguna de las muchas aves que allí hay cause un accidente: basta con eliminar los cultivos de cereales donde se alimentan las aves acuáticas para que se marchen de allí (para que se marchen de la reserva que se creó precisamente porque estaban allí), y las que queden siempre pueden ser tiroteadas o envenenadas... Realmente de locos; no sé en qué cabeza cabe el plantearse una solución así.
Ayer Ángel y Ana (los sobrinitos de nuestra compañera Ana de Segovia) nos enseñaron orgullosos el Prado del Esfuerzo; un campo en el que construyen sus fortines excavando agujeros y amontonando piedras. Excavando Ángel no dejaba de desenterrar escarabajos, hormigas, lombrices... Y, al decirle Mario que les estaba destrozando la casita a los bichos respondió resueltamente: “bueno, pues que se marchen, que aquí estoy trabajando yo...” Y sí, entonces me di cuenta del nivel al que se mueve el que propuso lo de Pocosín; el nivel de un niño de ocho años.
0 comentarios:
Publicar un comentario
<< Home