Y de la noche a la mañana...
... ha llegado el otoño. Parece mentira; anteayer iba de manga corta por la calle disfrutando del sol y de las cotorras, a las que pude acercarme mucho mientras comían piñones en los jardines del Campus; y ayer a la una de la tarde parecía de noche, había caído la temperatura diez grados y llovía a mares. De forma que, pese al paragüas, al chubasquero y al calzado de agua (que uno no ha vivido donde ha vivido en vano), pillé una mojadura de cuidado.
Ya por la tarde el agua caía mucho más suavemente, como con pereza. Y de camino a la Facultad, desde alguna parte en lo más hondo de mis entrañas (cerca del bazo, diría yo) fue creciendo una especie de no sé qué que tardé en identificar: No estaba lloviznando, como decían mis compañeros. No, era algo muy diferente; orballaba...
1 comentarios:
Empieza a llover en Madrid cuando en Santiago continúa lloviendo (todas las variedades: orballo, tormento tropical, huracán, lluvia mansa, lluvia a traición -cuando pensaste que esta vez no iba a llover).
Publicar un comentario
<< Home