Conservas variadas
Haciendo un paréntesis en la ajetreada vida madrileña, vamos a dedicar la entrada de hoy a la gastronomía. Ya he citado en una entrada anterior que la variedad de productos disponibles en Madrid puede llegar a marear un poco, pero por otra parte siempre está la posibilidad de probar cosas nuevas. Entre estas novedades se encuentran cuatro nuevos tipos de conservas que nunca había visto en Galicia:
- Langostillos (Acanthocardia sp.): Son como una especie de berberechos gigantes, recolectados en Andalucía (aunque también los hay en Galicia). Me imagino que el nombre de langostillo vendrá de la forma del pie del susodicho lamelibranquio (que es lo que venía en la lata; no el cuerpo entero), curvado y rojizo como una gamba. El sabor recuerda sin alcanzarlo al de un berberecho normal.
- Concha fina (Callista chione): De Marruecos, aunque también las hay en Galicia. Son como una almeja grande como un puño, y de concha fina nada de nada, no sé quién le habrá puesto el nombre. Sabor poco definido; salado, eso sí, típico sabor de conserva, pero algo duras.
- Caracolas (Buccinum sp.): Esta vez sí, de Galicia. El aspecto de caracol sin concha podría resultar algo repulsivo, pero el sabor es excelente, casi como el pulpo (de nuevo, algo duras).
- Caracoles de mar (Trophon sp.): De origen chileno (como las deliciosas almejas machas). El aspecto algo desagradable del caracol se une a un sabor poco consistente, haciendo que, tras haberlos probado por la novedad, no merezca la pena comprarlos de nuevo.
Receta: Revuelto de caracolas con setas
Ingredientes (para dos personas):
- Una lata de caracolas
- 5 setas (Pleurotus ostreatus)
- Dos huevos
- Ajo, perejil, aceite y sal
Preparación:
- Pasar en una sartén dos dientes de ajo y perejil, con poco aceite. Mientras tanto, picar setas y caracolas.
- Añadir las setas y caracolas a la sartén y pasarlas hasta que la setas comiencen a dorarse.
- Añadir dos huevos batidos, removiendo continuamente, hasta que cuajen.
Sugerencias:
- Se pueden servir dentro de conchas de vieira, para que luzca más, y darle un toque más gallego.
- Si gusta el picante, añadir media guindilla al pasar el ajo.
1 comentarios:
Varias de esas cosas no las probaría ni borracho. No pienso emborracharme
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