Colonizando

A las 7 de la mañana, Manolo y yo estábamos botando la Noneta (paíño, en mallorquín) en el embarcadero de Sant Elm, en la punta oeste de la isla de Mallorca: La Noneta es una lancha diminuta, apenas suficiente para que cupiésemos los dos, pero salvó bravamente los escasos 100 m que separan el islote de Es Pantaleu (perteneciente al Parque Natural de Sa Dragonera) de Mallorca.
Llegados al islote, comenzó el recorrido de hura en hura de pardela cenicienta Calonectris diomedea, comprobando qué nidos tenían aún un huevos y en cuáles éste había sido ya sustituido por una bolita de algodón gris que piaba quejumbrosamente. En la mayoría de los nidos estaba presente alguno de los padres, que contemplaba con curiosidad la mano que cuidadosamente lo levantaba para ver qué había debajo, como una gallina ligeramente más tonta que las demás.
Ya de retirada, una francesa venerable que llegó nadando desde su yate hasta el islote, nos interrogaba acerca de aquellas aves que durante la noche "lloraban como bebés", mostrando un interés sincero por nuestro relato. Con turistas así, da gusto…