De intercambio en Madrid

Las aventuras de un SICUE gallego en la Villa y Corte

7.7.07

Cuatro cinco días

A falta de algo mejor que resuma la atmósfera del viaje a Benasque, me permito en la foto de arriba un guiño corfiota, con la imagen de la pizarra que colocó en su chiringuito un propietario harto de contestar un millón de veces a las mismas preguntas...
Para mis lectores de la Facultade, comentar que el plan de viaje fue un calco del de la excursión de Invertebrados no Artrópodos del año pasado, albergue incluido (Ibones de Vallibierna, Ibones de Batisielles y Plan de Aigualluts); incluyendo como novedades una subida en coche a Cerler y paradas los días de viaje en las estepas aragonesas (Belchite al ir y Los Monegros al volver) para añadir más especies a la lista. Buen tiempo todos los días, recorridos preciosos por los valles pirenaicos (que encontramos aceptablemente vacíos a pesar de la época), 2 especies de lagartijas y 9 de aves a sumar a mi haber...; ¿qué más se puede pedir? Ya sólo queda dar las gracias a mis compañeros de viaje, abajo representados:
- A Gaetano, por localizar con su vista de scout mi primer quebrantahuesos y soportar con buen humor mis bromas a costa de su itañol.
- A Javi, por enseñarme que hay algo mejor que tachar una especie de la lista; lograr que lo haga otro.
- Y especialmente a Mario, por recordarme a cada rato que uno es más feliz cuando se preocupa de que los demás también lo sean; y porque si no se hubiera ofrecido a encargarse del viaje hoy yo sólo estaría escribiendo acerca del bochorno que hay en Madrid.
¡Un abrazo muy grande a los tres!

1 comentarios:

At 23:23, Anonymous Anónimo said...

En mi opinión este viaje a sido genial, ¿pero como no iba a serlo? Compañía estupenda, un sitio privilegiado (paisajes preciosos) y un montón de bichejos entrañables, simpáticos y maravillosos. Yo también debo darte las gracias por tu compañía, por enseñarme (con paciencia) muchas cosas sobre esos maravillosos animalillos que son los pájaros y sobre todo por ser una espléndida persona y un gran amigo, entre otras cosas.
Por cierto, no hay que olvidarse de los pequeñitos Bufo calamita nadadores de la laguna de Belchite.

 

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