Últimas horas

Pensé que el sábado por la noche me iba a emocionar mucho más; en fin, se ve que el mogollón no favorece las confidencias de última hora… Ya caerán.
Tuvimos ocasión de conocer a la madre y a la hermana de Gaetano que, cansadas de recorrer Madrid de cabo a rabo, nos dejaron enseguida. Nos quedamos él, Vero y Jorge, Rodri, Javi y yo. Tapas y más tapas, para acabar tumbados en el césped de la Plaza de Oriente. Allí, con la geisha de Madame Butterfly cantando de fondo, la Villa se despidió de nosotros por todo lo alto: Subiendo desde el Campo del Moro, volando pegadito a la pared del Palacio Real, nos sobrevoló luego a baja altura mi primer, nuestro primer búho chico Asio otus.