Me quedo con las tres

Tal vez no sería causa de guerra, como cuando Paris se vio forzado a ponderar los méritos relativos de Atenea, Hera y Afrodita, pero sin duda si Mario (Hermes pillastre de esta opereta) me preguntase con cuál de las tres me quedo me pondría en un brete. Las tres han sido presentadas ya hace tiempo (Gise hace mucho -1-; ambas Anas más recientemente -1 y 2-), pero sin duda merecen que se las recuerde hoy, por ser las tres tan simpáticas y guapas (tan majas, en definitiva) que bien valen que se les dedique (o que se las dedique, como dirían ellas) esta pequeña loa...

Desde que he vuelto de Pirineos no salgo de la Facultad; ya sea viendo notas (que por cierto, muy bien, gracias por preguntar), leyendo ejemplares antiguos de Quercus en la biblioteca o tomando cafeses con quien haya lugar. Hoy ambas Anas presentaban su proyecto a matrícula, y lo que iba a finalizar a las dos acabó con el retraso acumulado entre alumno y alumno a las siete, por lo que la proyectada comida de despedida se quedó en unas cañas en Príncipe Pío. Pero, como dice Mario, no es un adiós, si no un hasta luego. Realmente me daría pena perder el contacto con esta gente tan maravillosa que he conocido este año...