De vuelta al mundanal ruido
Tras pasar, como cada año, uno días de retiro espiritual en Santiago, par poner en orden la cabeza y afrontar el día a día con ilusión y empeño renovados, me desayuno con la felicitación navideña de ETA, con el ahorcamiento de Sadam (mal sobre mal), con la previsible guerra civil en Somalia y con otras noticias igual de alentadoras...
Así que, siguiendo (una vez más) a Compostela, estos son, tomados del Rito de Comunión de la Misa, mis deseos para 2007:
Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en
nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de
pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria,
por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: 'La paz os
dejo, mi paz os doy', no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.Amén
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