Semáforos parlantes
Paseando ayer Santiago adelante al encuentro de mis antiguos compañeros, me sorpendió ver (o, mejor dicho, oír) cómo los semáforos para peatones, aparte de marcar el tiempo disponible para cruzar, te informan ahora también en un perfecto gallego de la calle en la que te encuentras y de que puedes cruzar, ¡muchas gracias, señor verde!
La facultad, como era de esperar, estaba desierta. De todas maneras aún vi a bastante gente. Entremedias me hice también la foto de la orla, a recoger en marzo. Tendré que ir buscando aviones baratos para estar en el acto de licenciatura el 12 de mayo, porque como tenga que venirme en bus me parece que lo seguiré por videoconferencia...
Antes de ir a casa me vi otra vez con Raúl y Cris; si Dios quiere, después de los exámenes de febrero me pasaré algunos días por las islas Azores, a hacerle una visita. Y después de la tapa de chipirones faltaba el encuentro con el último de mis amigos habituales de Santiago: el Regional a Ourense; tan viejo y cargado de estudiantes como siempre. Llegada a casa, lluvia de besos y las primeras broncas con padres y hermanos; da gusto ver que nada ha cambiado...
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