De intercambio en Madrid

Las aventuras de un SICUE gallego en la Villa y Corte

12.6.07

Los nombrecitos de las narices...


Una de las cosas que me ponen más contento es caer en la cuenta de lo que realmente significa algo que siempre he tenido delante de las narices y a lo que no había prestado mayor atención; ya sea esto una verdad de fe o algo (como hoy) mucho más modestito...
Los murciélagos de herradura (género Rhinolophus; “nariz en abanico”) son un grupo bien definido de murciélagos, de alas cortas y anchas, útiles para maniobrar lenta y precisamente entre la espesura. Sus patas traseras son bastante débiles, por lo que a la hora de descansar se cuelgan de ellas boca abajo, siendo incapaces de posarse y correr a cuatro paras, como la mayoría de nuestros murciélagos. Suelen encontrarse descansando así, colgados boca abajo y cubiertos por sus alas, en cuevas, huecos de árboles, desvales, graneros... Pero lo que realmente les caracteriza es la curiosa forma de su nariz, de estructura ligeramente distinta entre especies y que les ha valido su nombre genérico en muchos idiomas. Utilizan todos esos pliegues para emitir ultrasonidos de manera mucho más eficiente que otros murciélagos, lo que les permite situarse y situar correctamente a sus presas en el medio en el que se mueven.
En España habitan cuatro especies de este género, siendo las dos más comunes el murciélago de herradura grande (R. ferrumequinum; a la izquierda) y el pequeño (R. hipposideros; a la derecha). Y ya llegamos al tema... No hace mucho, caí en la cuenta de que ferrumequinum, que yo leía todo junto sin pensarlo mucho, significa realmente en latín ferrum-equinum, “hierro de caballo”; herradura, vaya. Y hoy, estudiando en la biblioteca (se nota que he empezado a estudiar en serio porque me distraigo continuamente con chorradas como ésta...), de repente he "visto" que hippo-sideros es exactamente lo mismo, pero en griego. Dos hermanos con el mismo nombre, pero en distinto idioma.