Criptoespecies (I)
Desde luego, la ciencia avanza que es una barbaridad. Cuando lo que antes parecía una especie pujante y ampliamente distribuida cae en manos de un grupo de taxónomos, ve enseguida cómo su imperio se divide en x reinos de taifas en base a minúsculas diferencias de tamaño, colorido, vocalizaciones o del inapelable ADN. Pero... ¿qué pasa cuando dos especies no sólo son prácticamente idénticas, si no que además... viven juntas? Pues que tenemos una serie de “criptoespecies”. El fenómeno de las criptoespecies recién empieza a ser estudiado, sencillamente porque hasta ayer por la tarde no se disponía de los medios técnicos adecuados. Vamos con un par de ejemplos, uno hoy y otro cuando toque:
- Los dos murciélagos enanos Pipistrellus pipistrellus/P. mediterraneus. El murciélago enano o común, el más pequeño de Europa, está distribuido por todo el continente. Pero resulta que no son uno, si no dos. Las diferencias morfológicas entre ambos son mínimas, y además el primero vive en zonas a mayor altitud que el segundo. Existen sin embargo cantidad de poblaciones mixtas, aunque ambas especies no comparten los mismos dormideros ni parideras. ¿Cómo se distinguen, pues? ¿Cómo evitan cruzarse, derivando así hacia dos especies distintas? Pues por que hablan distinto idioma. En efecto, el primero de ellos emite sus ultrasonidos con una frecuencia de 46 kHz y el segundo a 55 kHz, lo que con el instrumental adecuado permite distinguirlos con absoluta fiabilidad. Además, la “canción” que los machos usan para atraer a sus parejas es distinta.
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